Hoy publicamos un nuevo post. En esta ocasión comentaremos las principales claves de la ponencia «Intensidad del duelo por fallecimiento de un ser querido durante la COVID-19: resultados preliminares«, impartida por Manuel Fernández Alcántara, Profesor del Departamento de Psicología de la Salud de la Universidad de Alicante y miembro del grupo de investigación «Aspectos Psicosociales y Transculturales de la Salud y de la Enfermedad» (Grupo PATH).
Su intervención tuvo lugar en la mesa redonda «Aspectos psico-sociales de la atención al final de la vida» dentro del programa de la Jornada Abierta de la Red EOL del pasado 29 de septiembre.
El duelo por COVID-19 presenta características de duelo complicado o prolongado similares al de un duelo por pérdida traumática.
Manuel partió que existen diversos factores de riesgo para el desarrollo de un duelo complicado directamente relacionados con la situación generada a causa de la COVID-19, como la muerte inesperada, las pérdidas múltiples, el aislamiento o la ausencia de despedidas.
Las investigaciones publicadas apuntan a que el duelo por COVID-19 es un duelo complicado o prolongado, similar a un duelo por pérdida traumática. Algunas variables como el parentesco y la cercanía con el fallecido, o la intensidad del trauma inciden en la aparición de este tipo de duelo.
El sentimiento de culpa, la falta de apoyo social, debida principalmente a las restricciones de movilidad de la población en la pandemia, o la aparición de pensamientos o imágenes intrusivas son manifestaciones vinculadas al desarrollo del duelo por COVID-19.
De acuerdo con esto, el proyecto Co-Grief que se está llevando a cabo entre las Universidades de Alicante y Granada, y que ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación tiene como objetivo estudiar longitudinalmente mediante distintas metodologías los efectos psicopatológicos y las bases neuronales asociadas a los procesos de duelo por COVID-19.
Las emociones como la culpa, el enfado y la rabia frente al sistema sanitario o a la propia indefensión son habituales en las personas que experimentan un duelo relacionado con el COVID-19.
Manuel presentó datos preliminares de este estudio destacando que, empleando instrumentos específicos, un 33% de los participantes presentaba criterios de duelo complicado, más del doble de lo que presenta la población en pre-pandemia. También se desprende de sus análisis, que el apoyo que recibe la persona que experimenta la pérdida, y las estrategias de afrontamiento que desarrolla son fundamentales para mitigar el impacto del duelo.
A través de entrevistas cualitativas, el equipo investigador del proyecto del que Manuel forma parte identificó emociones negativas de los que viven el duelo por fallecimientos relacionados con el COVID-19, como la culpa, el enfado y la rabia frente al sistema sanitario o a la propia indefensión. Con respecto a los obstáculos al afrontamiento, las restricciones sanitarias y la falta de apoyo social para hablar del duelo emergen como las principales dificultadas.
Puede ampliar información en los siguientes enlaces:
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